“Al examinar el universo y los diversos incidentes físicos y astronómicos que han jugado a nuestro favor, parece casi como si de alguna manera el universo hubiera sabido que íbamos a llegar” (Energy in the Universe, Scientific American, 224, 1971, p. 50).
Estas palabras de asombro no lo son para el cristiano, que le parece de todo racional que el universo este diseñado para albergar en el vida humana, no importa que este arreglo de la materia sea el mas inimaginablemente improbable y que fuera mas sencillo que este fuera de otra forma que no permitiera un observador racional dentro del universo.
La vida en la tierra es un hecho altamente improbable que demanda una explicación, pero esto se queda pequeño cuando vamos mas haya de la tierra y tomamos al universo como un todo diseñado para la vida en la tierra.
Veamos unos ejemplos:
“El físico teórico Paul Davies plantea que, que si la relación entre la fuerza nuclear fuerte y la fuerza nuclear electromagnética difiriera de su actual valor en una parte en 10 billones (10 ^13), las estrellas no habrían podido formarse. Mas aun, para tener un mundo como el nuestro, la relación entre la gravedad y la fuerza nuclear débil debe mantenerse con una exactitud de 1 parte en 10 ^40. Utilizando la ilustración de Davies, esta es la clase de precisión que necesitaría un tirador para acertarle a una moneda en el punto mas lejano del universo observable ¡A veinte mil millones de años luz! (Dios y la nueva física, Biblioteca Cientifica Salvat, T. 42, 1994) en John Lennox, ¿Ha enterrado la ciencia a Dios? (Editorial Clie: 2003), p. 50.
A mi gusto la ilustración de astrofísico Hugh Ross es mas reveladora el dice, que cubramos toda norteamerica con monedas, hasta que hagamos una columna de (380,000 Kilómetros) luego hagamos los mismo en otros 1,000 millones de continentes, después le vendamos los ojos a una amiga, y le decimos que escoja una moneda marcada dentro de esas miles de columnas, la probabilidad que lo haga en la primera oportunidad es de 10 ^ 40.
Este es un solo parámetro de los más de 40 que se necesitan para la vida en el universo.
Con respecto a la gravedad el astrofísico Lawrence Krause dice que “Si la fuerza de la gravedad se cambiara en un 0.00000000000000000000000000000000000001 por ciento, no existiría ni el planeta tierra ni el sol” Lawrence M. Krauss, “The end of the age Problema and the case for a cosmological Constant Revisted.” Astrophysical Journal (1998). Pp. 461.
Si el cambio fuera en cualquier dirección veríamos estas dos opciones:
Si mayor: Las estrellas serian demasiado calientes y se consumirían demasiado rápidamente y en forma demasiado despareja para la química de la vida.
Si menor: Las uniones químicas serian insuficientes para la química de la vida.
Hugh Ross, “El creador y el cosmos: Que revelan los grandes descubrimientos científicos”, (Editorial Mundo Hispano: 1999), p. 152.
Este solo parámetro por si mismo debe de probar que el universo esta diseñado para la vida.
Lo que es aun más sorprendente es que el ajuste fino del universo se llevo acabo desde el mismo momento en que llego a existir este:
“Por ejemplo, se ha demostrado que un cambio de tan solo una parte en 10 ^ 55 en la proporción entre la fuerza expansiva y la contractiva en el tiempo de Planck (tan solo 10 43 segundos después del origen del universo) habría conducido o bien a una expansión del universo demasiado rápida sin que se formaran galaxias o a una expansión demasiado lenta con el consecuente colapso inmediato” (A.H. Guth: “Inflationary Universe”, Physical Review D, 23, 1981, p. 348) en John C. Lennox, ¿Ha enterrado la ciencia a Dios?, (Editorial Clie: 2003), p. 5.
Sin embargo la probabilidad de que exista un planeta como la tierra, para albergar vida inteligente, es tan remota sino que imposible para que ocurra al azar.
El Astrofísico Hugh Ross hace una lista de 122 parámetros para que la vida exista en la tierra, desde el tipo de galaxia, condiciones del sistema solar, atmosfera, rotación, inclinación, etc..
Ver en “Why I Believe in the Miracle of Divine Creation” en (Why I am a Christian, (Baker Books: 2005), p. 141.
Se llega a la conclusión de que existe una posibilidad de 1 en 10 ^ 138 de que exista un planeta asi para albergar vida inteligente, tomando en cuenta de que se cree que existen 10 ^ 22 de planetas en el universo.
En pocas palabras la posibilidad de otro planeta que favorezca la vida es muy remota.
Aquí hay un excelente video sobre el tema con animaciones muy buenas:
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