Desde un punto de vista filosófico el mal no existe por sí mismo, sino que es solo la ausencia del bien o de algo que tenía que ser de otra manera.
Por lo tanto podríamos definir el mal como la ausencia del bien.
Por ejemplo, la raíz solo puede existir siempre y cuando exista un árbol, la perdida de dientes solo puede existir siempre y cuando exista un diente. La oxidación en un metal, la ceguera o sordera ilustran el mismo punto.
“El mal es la corrupción de algo bueno, es la privación y no tiene esencia en sí mismo” Boa y Moody, I am glad you asked (Wheaton, IL: Victor Books, 1994) p. 129.
Dembski explica lo que es el mal de la siguiente manera:
“El mal es un parasito en el bien. En verdad todas nuestras palabras para el mal presuponen un bien que ha sido pervertido. Impurezas presupone pureza, injusticia presupone justicia, ir por el mal camino presupone haber perdido el camino, el pecado… presupone al blanco que perdimos”
Siendo mas prácticos y sencillos el mal es simplemente la ausencia de algo bueno que debería de estar ahí, cuando algo bueno debería de estar en algo y no está ahí eso es el mal.
Un ejemplo que aclara lo dicho hasta ahora es que una persona debería de tener salud, sin embargo en ocasiones obtiene cáncer. Eso es el mal.
En ocasiones los ateos dicen que Dios creó el mal, que por lo tanto no es bueno y todo poderoso, así que concluye que no existe, sin embargo como lo vimos el mal no existe como algo creado, sino solo es la ausencia del bien.
Vemos muchas veces en las Escrituras que Dios permite que personas justas pacen por situaciones difíciles no solo para darles algo mejor cuando pasen su prueba sino también como una clase para generaciones posteriores de cómo vencer las pruebas y ser mejores personas.
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