Dolor con Propósito

“Dios nos susurra en nuestros placeres, habla a nuestra conciencia, pero grita en nuestros dolores: Es un megáfono para despertar a un mundo sordo” C.S. Lewis, The Problem of Pain, p.93.

Los incrédulos no entienden la afirmación de Lewis, pero para los creyentes en un Dios amoroso y misericordioso tiene mucho sentido:

“Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman,^a]">[^a] los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.” Romanos 8:28

Alex McFarland menciona 20 razones por las que Dios permite el dolor:

1.- El sufrimiento revela lo que hay realmente dentro de nuestros corazones.

2.- El sufrimiento quebranta nuestro orgullo.

3.- El sufrimiento puede profundizar nuestro anhelo de Dios.

4.- El sufrimiento puede madurarnos.

5.- El sufrimiento puede engendrar humildad.

6.- El sufrimiento puede ser una advertencia de algo potencialmente peor.

7.- El sufrimiento puede iniciar nuestra vida de oración.

8.- El sufrimiento puede incitar a la persona perdida a recibir a Cristo.

9.- El sufrimiento puede conducir a un cristiano a confesar un pecado.

10.- El sufrimiento nos ayuda a profundizar nuestra confianza en Dios.

11.- El sufrimiento puede profundizar nuestro aprecio por la Escritura.

12.- El sufrimiento nos ayuda a apreciar a otros cristianos que fueron victoriosos.

13.- El sufrimiento puede despegar nuestros ojos de este mundo y de nosotros mismos.

14.- El sufrimiento puede enseñarnos de primera mano que Dios es verdaderamente suficiente.

15.- El sufrimiento puede conectarnos con otras personas.

16.- El sufrimiento puede crear una oportunidad para testificar.

17.- El sufrimiento puede conducir a una persona hacia un ministerio cristiano.

18.- El sufrimiento puede hacernos agradecidos por lo que tuvimos o aun tengamos.

19.- El sufrimiento puede posicionar nuestras vidas para traer más gloria a Dios.

20.- El sufrimiento, tratado apropiadamente, resultara en recompensas en el cielo. McFarland, Las 10 objeciones más comunes al cristianismo, (Casa Creación 2008), p.202-3

El sufrimiento y el dolor se puede entender mejor a través de la perspectiva del creyente, por lo menos tiene propósito y sentido, pero para el incrédulo, donde el existe sin ninguna causa y para ningún propósito es algo aterrador.