“Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de *Jesucristo para perdón de sus pecados —les contestó Pedro—, y recibirán el don del Espíritu Santo.” Hechos 2:38
Este pasaje a sido abusado discriminadamente por grupos ritualistas para afirmar que el bautismo es necesario para salvación, sin embargo olvidan toda la enseñanza bíblica respecto a la salvación que refuta su interpretación de dicho pasaje.
Lo primero que vemos en este pasaje es que es una orden, no una formula. Por lo tanto si fuera una fórmula uno podría concluir que el amor a Dios, la fe, la confianza en Dios no son necesarios para salvación, porque no se mencionan en el pasaje.
“La mención de arrepentimiento y bautismo no significa que ambos sean necesarios para el perdón de pecados. Yo puedo decir: “Toma las llaves y el abrigo y enciende el automóvil”. Eso no significa que sea necesario llevar el abrigo para encender el auto a pesar de que se mencione junto a las llaves en la misma frase. El arrepentimiento, y no el bautismo, es necesario para el perdón de los pecados.
La gramática griega confirma esta interpretación. La frase “y bautícese cada uno de vosotros…. Para perdón de pecados” en realidad está entre paréntesis. El mandato de arrepentirse esta en plural: “Arrepentíos”, así como la frase “para perdón de los (plural) pecados”. Esto significa que el mandato de arrepentimiento concuerda por construcción gramática con el perdón de pecados, mientras que el mandato de bautizarse esta en singular: “bautícese cada uno de vosotros”, lo cual se encarga de separarlo del resto del enunciado. “Arrepentidos…para perdón de pecados” es el punto central del mandato” Erwin Lutzer, Doctrinas que Dividen (Editorial Portavoz 2007) p. 147.
El pasaje en si rechaza la interpretación que hacen los ritualistas de el, pero también el contexto del libro de Hechos refuta esa interpretación:
“De él dan testimonio todos los profetas, que todo el que cree en él recibe, por medio de su nombre, el perdón de los pecados.” Hechos 10:43
Aquí se menciona solo la fe para ser salvos.
“30 Luego los sacó y les preguntó:
—Señores, ¿qué tengo que hacer para ser salvo?
31 —Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos —le contestaron.
32 Luego les expusieron la palabra de Dios a él y a todos los demás que estaban en su casa.33 A esas horas de la noche, el carcelero se los llevó y les lavó las heridas; en seguida fueron bautizados él y toda su familia.34 El carcelero los llevó a su casa, les sirvió comida y se alegró mucho junto con toda su familia por haber creído en Dios. Hechos 16:30-34
Este texto explica muy bien la relación del bautismo y la salvación, el carcelero pregunta ¿Qué debo para ser salvo?, si Pablo hubiera sido católico no hubiéramos esperado la respuesta de: “Cree en el Señor Jesús”, eso lo esperamos de un protestante.
Pablo y Silas les expusieron primeramente la palabra de Dios, al carcelero y su familia, después de que los evangelizaron los bautizaron a él y su familia.
Por lo tanto vemos que el bautismo no es necesario para la salvación, sino un declaración externa de la conversión interna que ya se dio, eso lo vemos siempre en los casos de bautismos en el libro de los Hechos donde siempre se les predica la palabra primero, ya que las Escrituras dicen:
“Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo.” Romanos 10:17
La fe viene primero el bautismo después, por lo tanto el bautismo no es necesario para la salvación.
Al final el pasaje de Hechos dice que el carcelero y su familia se alegraron, por haber creído en Dios, no por haberse bautizado.
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