viernes, 27 de junio de 2008

Atanasio y el Canon

Atanasio (295-373)

Si en occidente el peor enemigo de los apócrifos fue Jerónimo, en oriente fue Atanasio.
Atanasio trato el tema del canon del AT y NT en su carta 39 que anunciaba las fechas de la fiesta del ano 367.
Hay una traducción en ingles en NPCF, serie 2, IV, pp. 551 ss., pero aquí usaremos la traducción al español que se encuentra en el libro “El canon de la Escritura” F.F. Bruce.

“Puesto que algunos se han encargado de poner en orden los denominados libros apócrifos e intercalarlos en la Escritura inspirada por Dios, lo cual afecta a cosas que entre nosotros han sido ciertísimas, como aquellos que desde el principio vieron con sus ojos y fueron ministros de la palabra entregada a los padres, me ha parecido oportuno también a mi, habiendo sido animado a ello por los verdaderos hermanos, exponer en orden los libros que están incluidos en el canon y que nos han sido entregados con la debida acreditación de ser divinos. Mi propósito es que cada uno de los que se han desviado pueda condenar a aquellos que le condujeron a desviarse y que aquellos que han permanecido intachables puedan regocijarse por haber recordado estas cosas.
Los libros del antiguo testamento, por tanto, son veintidós en numero, porque (según lo que he oído) este es el numero tradicional de letras entre los hebreos

Estos son los libros que menciona:
Genesis, Exodo, Levitico, Numeros, Deuteronomio, Josué el hijo de Nun, Jueces, Rut, 1 y 2 Reinos, 3 y 4 Reinos, 1 y 2 Crónicas, 1 y 2 Esdras (Esdras-Nehemias), Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantar de los Cantares, Job, Los doce Profetas, Isaías, Jeremías, con Baruc, Lamentaciones y la Epístola, Ezequiel y Daniel.

El resultado final de Atanasio es el mismo de Orígenes, pero separa Rut de Jueces en la lista y omite Ester.

Continúa diciendo:

“Pero para una mayor exactitud en lo que escribo debo añadir lo siguiente hay otros libros aparte de estos que no están incluidos en el Canon, sino que fueron señalados en los tiempos de los padres para ser leídos para aquellos que hacia poco se habían convertido y deseaban ser instruidos en la verdadera religión. Se trata de la Sabiduría de Salomón, la sabiduría de Sirac, Ester, Judit y Tobit, pero mientras que los primeros si se incluyen en el canon y los últimos se leen (en la iglesia), no se mencionan las obras apócrifas

Atanasio al igual que los demás padres Griegos aceptaba virtualmente el mismo canon que los protestantes, esto no se trata de gustos y de prejuicios sino de evidencia histórica.

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